Aduana de San Antonio

Pretendían cometer extraño contrabando aduanero con contenedores repletos de toneladas de desechos mineros

• Habían declarado la exportación de chatarra de fierro, pero en realidad estaban enviando al exterior miles de kilos de escoria

Viernes 4 de mayo de 2012

Un caso poco usual de fraude aduanero detectaron fiscalizadores de la Administración de Aduanas de San Antonio, quienes al seleccionar un contenedor para un examen físico rutinario, descubrieron que lo declarado en los documentos correspondientes nada tenía que ver con lo que realmente se estaba exportando.

Este hallazgo se logró concretar gracias al uso del Scanner, el cual mostró en la imagen un bajo nivel de uso del contenedor seleccionado, dando el primer indicio a los funcionarios de que algo fuera de lo común ocurría. A continuación se pesó la unidad intervenida, detectándose una gran diferencia entre los kilos declarados y lo que realmente contenía.

José Luis Villalón, Administrador de la Aduana de San Antonio, explicó que con estos dos antecedentes se decidió examinar la carga del contenedor, descubriendo que en su interior no estaba la chatarra de fierro declarada por la empresa de reciclaje involucrada, sino que un producto correspondiente sólo a desechos de la industria minera, denominados escoria, la que se obtiene de la fundición de minerales.

"La mercancía queda a disposición del Juez de Garantía y se ha solicitado su incautación judicial para que ellos puedan continuar con su investigación, porque esto es, de partida, un fraude aduanero de acuerdo al Artículo 169 de la Ordenanza Aduanera", añadió Villalón.  

De esta forma, los funcionarios decidieron inspeccionar la carga total, que estaba almacenada en 15 contenedores y cuyo peso real resultó ser de 221.100 kilos netos y nos los 375.000 mil kilos declarados inicialmente.

También quedó al descubierto un segundo caso que involucra a otra empresa del mismo rubro de reciclaje. Aplicando un procedimiento similar al descrito anteriormente, los fiscalizadores de Aduana comprobaron que los 10 contenedores declarados no tenían en su interior chatarra de fierro, sino que simplemente escoria. Además, se comprobó que en lugar de los 248.800 kilos declarados, había sólo 103.450 kilos.

En ambos casos, el fraude aduanero implica haber infringido, al menos, dos normativas establecidas en el comercio exterior: declaración maliciosamente falsa del peso de las mercancías y declaración maliciosamente falsa del contenido de las mercancías.

Estos delitos involucran un millonario perjuicio económico para el Estado, por lo que siguiendo los procedimientos de rigor se presentó una querella ante el Juzgado de Garantía de San Antonio, con el fin de que sean investigadas las razones que llevaron a estas dos empresas de reciclaje a cometer este extraño ilícito.